GRUPO DE UNO O EL FRANCOTIRADOR

Hace tiempo que observo que la situación social en la Argentina se va deteriorando. Hablo de la Argentina por que es la sociedad que conozco aunque veo que la situación social de los demás países también es desesperante. No se salvan ni los países de más alto nivel de vida.
Pensando que había que hacer algo para frenar semejante deterioro mundial me pareció que lo mejor era reunir un grupo de personas que tuviera los mismos objetivos y tratar de luchar contra las causas de este deterioro.
Básicamente quería tratar de advertir acerca de ciertos peligros que acechan a nuestra sociedad aunque estos peligros sean conocidos por todos y casi nos acostumbramos, ya, a ellos.
Por ser conocidos pasan a ser habituales y por ser habituales pasamos a no tomarlos en cuenta.
Ahora bien: que tratemos de no verlos no quiere decir que no existan. Cuando uno trata de no ver los problemas estos se agigantan y se acercan más a nuestras puertas.
La clase media trata de estupidizarse haciendo el video de sus nietitos o viajando al exterior y repitiéndose que linda es la vida. Cuando el dolor los golpea se acuerdan que el peligro estaba ahí y no lo querían ver. Cuando llaman a sus amigos, éstos, no les prestan atención porque tienen que disfrutar de sus computadoras de última generación o de sus celulares que cada vez tienen más y mejores funciones. Están tan ocupados en disfrutar que no pueden ayudar al amigo o al vecino caído. Es decir al ex amigo ya que cuando alguien cae en desgracia ya no es un amigo, ya es un problema que nadie quiere solucionar.
En el 2001, cuando vino el desastre, éramos todos hermanos. No había diferencias entre pobres y ricos. El corralito nos había igualado. A todos les preocupaba el problema de los pobres porque todos se sentían pobres. No había clases sociales, éramos un pueblo unido. Éramos todos argentinos y debíamos ayudarnos.
Cuando la situación económica se fue solucionando la brecha se fue agrandando y el desprecio entre las clases también. Ya no éramos todos argentinos o ya no importaba que algunos argentinos tuvieran frío o hambre, no era problema de ellos.
En realidad cuando un chico muere de hambre o es maltratado injustamente todos tenemos algo de culpa. Una culpa indirecta pero culpa al fin.
A todos les importa más la situación de la Selección de Futbol que solucionar el problema de las familias que duermen a la intemperie en las principales calles de la Capital.
Hacer un grupo para paliar en algo esta situación de injusticia era una misión que me parecía razonablemente posible. Pero tratar de aunar voluntades en la Argentina actual me fue imposible Todos me decían que era algo muy bueno y que ojalá lo lograra pero no podían o no querían hacer nada al respecto. Durante algún tiempo fuimos cinco personas que nos reuníamos indistintamente en diversos lugares los que tratamos de concretar este deseo de concientizar a los demás. Luego quedamos dos y finalmente quedé solo.
Es que cuando en un grupo entra a tallar el ego se olvidan los fines altruistas y solo queda una sorda pelea para ver quien se impone aunque solo sean dos.
Creo que este es un caso digno de figurar en la Guía Guiness ya que formo el único grupo del mundo que está compuesto por una sola persona.
Por lo tanto he decidido convertirme en un francotirador que tratará de avisar a los demás del peligro dentro del cual estamos viviendo y de las tremendas consecuencias que esto puede tener en el futuro.
En realidad un francotirador que no va a tirar balas, ni ningún otro proyectil, sino que solamente va a tirar ideas y advertencias en este blog a ver si puede despertar tantas conciencias dormidas como las que existen hoy en día.
Así sea.